sábado, 6 de octubre de 2012

LA RECPECION UN PROCESO MULTIPLE Y CONTRADICTORIO

LA RECPECION UN PROCESO  MULTIPLE Y CONTRADICTORIO


RESUMEN 


El vertiginoso desarrollo de los medios masivos (prensa, radio, TV, etc.) en las últimas décadas y la creciente adopción de nuevas tecnologías, sin lugar a dudas, marcan la oferta y el consumo de medios en nuestra sociedad.
Debe señalarse, además, que han ido ocupando un papel cada vez más relevante en la reproducción y construcción de las sociedades actuales y las identidades de sus miembros.
Los diversos estudios de recepción realizados durante varios años, son  un esfuerzo multidisciplinario por comprender las múltiples interacciones y  sus resultados, que tienen lugar entre segmentos de audiencia siempre situados y referentes comunicacionales (formatos y contenidos significantes). A  lo largo de su existencia (poco más de dos décadas) han sufrido diversos cambios tanto conceptuales como metodológicos y epistemológicos. Hoy estos estudios nos permiten entender las interacciones que los individuos   entablan con los diferentes medios de comunicación, a la vez que reflejan en esta interacción los diversos  procesos (políticos, socioculturales, psicológicos, económicos) de los cuales son parte
PALABRAS CLAVE: recepción, medios de comunicación, audiencias, cultura







A partir de los años ochenta se desarrolla lo que podríamos calificar como una nueva corriente –o, por lo menos, que tiende a definirse como tal, aunque solo lo sea relativamente—en el análisis de audiencia.
De forma general, esta corriente estudia los procesos a través de los cuales la audiencia construye significado a partir de la exposición a los medios. Justamente, uno de los puntos centrales de los estudios de recepción es el carácter activo que se otorga a la audiencia; la capacidad de actuación que se le reconoce en su relación con los medios.
Desde el punto de vista de los estudios críticos, la investigación ha tendido a subrayar como la audiencia genera significados propios a partir de la recepción de los textos mediáticos, incluso en oposición a las lecturas preferentes propuestas por los propios textos.
Los estudios de audiencia, pues, tienen en cuenta a los contenidos y a la audiencia, pero emfatizan los contextos dónde viven los receptores, porque son los que crean los marcos idóneos dentro de los cuales los mensajes adquirirán sentido. En esta línea, y teniendo en cuenta que un número significativo de estudios se ha ocupado de la televisión, la familia se ha definido como contexto de recepción especialmente pertinente.
En palabras de Guillermo Orozco (1992:11), un autor fundamental en los estudios de recepción en América Latina:
“La familia en tanto que grupo donde regularmente se ve la televisión y se entabla una interacción directa con su programación cotidiana, constituye también una ‘comunidad de apropiación’ del mensaje televisivo. Los miembros de la familia, sobre todo los adultos, ejercen una influencia permanente en los más pequeños (los niños), no sólo en los gustos y preferencias televisivas que van desarrollando, sino también en sus modos de apropiación de lo que ven y escuchan en la pantalla”.






Según Grossberg (1988:20) el consumo de medios puede ser visto como un terreno complejo, contradictorio, en un contexto multidimensional dentro del cual las personas viven una cotidianidad. “Todo el mundo está constantemente expuesto a una variedad de medios y participan en una variedad de eventos y actividades en relación a ellos”.
En un principio, la recepción de las audiencias era considerada como pasiva y predeterminada, es decir, que se daba por sentado que las personas percibían de igual forma los mensajes del medio y por ello es que se podía establecer una supuesta “afectación” sobre la audiencia. En la actualidad, esto se ha dejado atrás y ahora la recepción se considera como un proceso múltiple y contradictorio en donde entran en juego una variedad de mediaciones determinadas tanto por las relaciones sociales del sujeto, como por su posición social, cultural e histórica. (Orozco:1990:22).
Es por ello que se dice que las relaciones de audiencia siempre suponen un ejercicio de poder (alguien siempre tiene el poder de ofrecer su audiencia y otra persona debe responder aceptando o rechazando este ofrecimiento) dependiendo de la posición donde se encuentren.
En los estudios recientes de comunicación, el análisis de la recepción, considerado como el estudio de las interpretaciones de la audiencia y usos de los textos del medio, ha sido una de las aportaciones más sobresalientes que ha intensificado la atención de los investigadores en la manera en que las personas, activa y creativamente, construyen sus propias significaciones que dan origen a la cultura (Ang:1996:136).
Al respecto Livingstone (1994), agrega que las interpretaciones debidas al estudio de recepción deben de ser entendidas dentro de un amplio contexto etnográfico que ligue el análisis de instancias sociales y culturales, como el trabajo, política, familia, educación, etc.
Los estudios de audiencia se mueven en el entorno inmediato del individuo, sus relaciones personales directas, sobre todo dentro de la familia. Se sitúan, pues, en el nivel microsocial y parten de las capacidades comunicativas de los individuos. Estos actúan recibiendo y dando sentido a lo que les llega de los medios y, simultáneamente, participan en la vida social.
Los medios de comunicación se consideran uno de los procedimientos más importantes de los que dispone la sociedad para autorreproducirse. Pero la audiencia no reproduce pasivamente la ideología, sino que interactua continuamente con los contenidos de la televisión (medio central) y del resto de medios del sistema comunicativo.
En los estudios de recepción, el contexto de recepción permite ver como los distintos planos de la vida (el económico, el político, el cultural, etc.) se articulan en prácticas rutinarias regidas por normas, entre las que se encuentra ver la televisión.
Desde distintas perspectivas se ha constatado la dificultad de estudiar las audiencias de televisión. Para el mexicano Orozco (1996:67), “se han manifestado como entes colectivosa, aunque segmentados, de difícil apreciación. Su actividad ante los medios y mensajes, ya sea con ellos o a partir de ellos, así como la consiguiente producción comunicativa, constituyen siempre un desafío para los investigadores de la comunicación”.
El británico Morley (1996:285) también se expresa en términos de reto: “el desafío principal se encuentra en nuestra capacidad para construir la audiencia como fenómeno social y también semiológico (cultural), y en nuestra capacidad para reconocer la relación entre los televidentes y el aparato de televisión, en tanto que ambas están mediadas por las determinaciones de la vida cotidiana y la vinculación diaria que establece la audiencia con todas las otras tecnologías en juego en el manejo de la comunicación cotidiana mediática”.
Para la australiana Nightingale (1999:233), es “problemático decidir cuando una persona se encuentra en una relación de audiencia y cuando cesa dicha relación. En algunos contextos, la relacion audiencia-texto puede existir tan solo en el espacio-tiempo en que se mira un programa. Pero es bastante posible que la relación continue fuera del marco de este contexto”.
Esta concepción lleva, en definitiva, a entender a la audiencia como sujeto y no solo como objeto y, como ha destacado Orozco (1996:32), “como un sujeto ‘que se va constituyendo’ como tal de muchas maneras y diferenciando como resultado de su interacción particular con la TV y, sobre todo, como consecuencia de las distintas mediaciones que entran en juego en su proceso de recepción”.





























ENLACES



http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lco/sandoval_l_ma/capitulo4.pdf


http://cv.udl.cat/cursos/elsmitjans/t3/docs/estudiosrecepcion.pdf


http://www.razonypalabra.org.mx/N/N75/monotematico_75/04_Alonso_M75.pdf


http://www.slideshare.net/guest41b0fd/cap16teoria-de-la-audiencia-activa


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