viernes, 16 de septiembre de 2011

EL PERIODISTA TIENE QUE VERIFICAR Y VERIFICAR



 “La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón” (Gabriel García Márquez)”

Cada día, los periodistas enfrentan situaciones en las que deben tomar decisiones éticas. Los códigos y saberes de la profesión funcionan como brújula, pero las circunstancias reales condicionan sus elecciones. Ante la pobreza, la corrupción y la tragedia, el trabajo del periodista se interna en una zona donde ya nada es blanco y negro, sino un confuso gris donde es necesario encontrar el modo de dar cuenta de la verdad con responsabilidad e independencia.
LOS PERIODISTAS…. No son los dueños de los medios, pero son los gerentes de la información. No poseen grandes fortunas pero deciden, entre todos, cuáles serán las tapas de los principales diarios y los temas calientes de la radio y la tevé. Nos dan tema de conversación, provocan el enojo cotidiano de los políticos y hasta pueden hacer temblar la Bolsa. Observan, investigan, opinan, deciden cuáles y cómo serán las noticias.
Los periodistas, como parte de su trabajo diario, se ven envueltos en una serie interminable de relaciones de las cuales obtienen su materia prima, la información; sin embargo, muchas veces este ejercicio lleva al profesional de la información a situaciones que lo comprometen como profesional ante el medio y ante sus fuentes.
Para un periodista, es de suma importancia mantenerse alejado de situaciones que pudiesen devenir en un conflicto de interés, con el fin evitar comprometer la información obtenida y su propio trabajo a partir de ella.



 Uno tiene siempre que decidir y saber que la prioridad para un periodista es el lector, oyente o televidente y a través de éste la sociedad.  El periodista cuenta lo importante, no de la realidad, sino como lo vemos y queremos ver. “El buen periodista es aquel en el que se siente palpitar al ser humano”.
 El objetivo que tenemos como periodistas es evitar las medias verdades y las afirmaciones aceptadas sin verificación. Eso debe obligar al periodista a buscar otra fuente más allá de la oficial, porque hay que tener en cuenta que las informaciones dadas por ejemplo por el gobierno son mentirosas, tiene mucho contenido propagandístico y eso es explicable ellos quieren dar a conocer sus realizaciones positivas. No hay gobierno tan tonto que vaya a salir a decir sus debilidades. Un problema que tiene el periodista es que depende demasiado de las fuentes oficiales y esta crisis se puede convertir en oportunidades si se aprende a buscar fuentes alternativas, que nos permita ver con ojos críticos la actividad que cumple ese gobierno.
Dentro del ejercicio del periodismo existen censuras, como la económica, en la que los medios de comunicación ponen en primer lugar el renglón económico y subordinan a esto la finalidad de los medios que es informar bien. Eso significa que dentro de las gerencias debe haber gente que entienda no sólo el flujo económico, sino la importancia social que tiene la información. Si hay este tipo de personas, entonces es factible esa subordinación. A partir de esa subordinación se da la autocensura, que es la que  pone a prueba la verdadera independencia de un  periodista. Quien tiene al final el poder de decidir si pública o no es él. La autocensura viene por un interés o miedo. Si uno quiere construir su autonomía, debe hacerlo rompiendo su dependencia. Uno es libre porque le da la gana, no porque nadie nos lo da. Pero esto no implica en nada el hecho de  mantener la credibilidad, el que se ha convertido en un riesgo en el periodismo. Uno es periodista para que le crean. Uno llega a la vejez y se pregunta qué le queda, lo único es que te creen. Ocurre que la credibilidad siendo tan indispensable es muy frágil y cuesta mucho construirla. Al único al que el lector, oyente o televidente le cree es aquel que se preocupa por él, no como funcionario o miembro de un determinado partido.
Sin independencia un periodista es como un cirujano con el mal de Parkinson. “El pulso es vital para el cirujano como la independencia para el periodista. Parece duro, parece rudo, pero es elemental”, señaló.



La falta de credibilidad muchas veces es justificado  por que existe el  periodismo mal pagado, es decir  a un periodista mal remunerado le ponen  en dos extremos: el del soborno. Si a mí me pagan mal y tengo la angustia del mercado, la familia y todas esas cosas personales, entonces habrá alguien que brindará un apoyo a través de un chequecito. Urgido de la necesidad puede aceptarlo, pero está vendiendo su independencia. Aquí entra a  tallar mucho la ética, la cual entra en pugna con el ejercicio del periodismo, el periodista no sabe, si ser  un profesional excelente o sacar dinero para el sustento de la semana .la ética tiene que ser vista como un talante de la persona. La ética es excelencia.
Si lo que deseamos es informar, lo único que tenemos que hacer, es mirar todos los hechos como parte de un proceso, no aislados. Para contar un hecho no basta contar lo que sucedió, hay que notar por qué sucedió, cuáles son las perspectivas que se crean con lo que sucedió, en qué contexto sucedió. Son tres dimensiones del hecho, la dimensión temporal del pasado que es la que te da los antecedentes. Un hecho no se comprende si uno no sabe de dónde se originó. Hay un conocimiento imperfecto del hecho si uno no sabe las circunstancias en que ocurrió, que estaba sucediendo al mismo tiempo y que tiene relación con el hecho. Ese es el contexto. Este incompleto además si uno no conoce las consecuencias, uno tiene que prever las consecuencias. Para hacer eso tiene que conocer la dimensión y el contexto. Hay que tener en cuenta que el futuro está contenido en el presente. El periodista debe tener en cuenta el pasado, presente y futuro para hacer un relato completo del hecho y por ultimo  ver al hecho desde diversos ángulos. Pero esto no quiere decir que el periodista no se puede limitar a contar lo que sus sentidos vieron, oyeron, olieron o tocaron. Debe ir más allá de los sentidos y es la capacidad que tiene la inteligencia y la imaginación del ser humano para hacer una reconstrucción de los hechos y una explicación que los haga comprensibles.


El buen periodismo es
el que se ejerce no como un poder, sino como un servicio. Cuando uno hace periodismo para servir a la gente le está dando un valor de calidad fundamental. En cambio cuando se ejerce como poder económico o político se pervierte, porque la naturaleza del periodismo como la de la palabra es la de comunicar y compartir con los otros. Hay un segundo aspecto y es que el periodismo uno lo debe ejercer como una pasión no como un cálculo.

Si hay algo que dignifica esta profesión es que somos constructores de esta sociedad. “La libertad se construye a golpe de decisión. La información condicionada, ordenada por alguien, contaminada, no forma buenas decisiones. Información mediocre, pueblos debilitados”.






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